Cuando emprendimos este reto lo hicimos con el firme convencimiento de que había una importante labor social por hacer en las áreas de Pediatría de los hospitales andaluces. Esas butacas rígidas de las áreas infantiles de nuestros hospitales se convierten a veces en una auténtica tortura para los acompañantes de los niños, quienes suelen ser los familiares más directos de nuestros pequeños. Padres, madres, tíos… Normalmente recae siempre en las misma personas puesto que los menores se sienten muy inseguros durante las noches de hospital.