Despedimos por todo lo alto el año 2019, que ha sido muy especial para nosotros, y damos la bienvenida a 2020, un nuevo año en el que tenemos puestas mucha ilusión y enormes esperanzas.

Apenas hemos comenzado a recorrer un hermoso camino con fin de dar apoyo material, psicológico y emocional a los menores de edad enfermos y a sus familias, pero ya hemos conseguido grandes cosas. Cuando aún restan tres meses para que la Fundación cumpla dos años de vida, decimos adiós a este maravilloso 2019 en el que logramos nuestro primer reto: La Azotea Azul.

Tantos meses de esfuerzo y dedicación desde que emprendimos este proyecto han merecido la pena cuando nos asomamos a este espacio en la zona superior del Hospital Infantil Virgen del Rocío. Este oasis en la árida travesía que supone para los más pequeños una larga hospitalización, nos permite contemplar como los niños ya sonríen arriba, sus padres desconectan y los abuelos se desahogan. Sin duda, un sueño cumplido.

¡Pero 2019 nos ha traído más alegrías! Enseguida nos embarcamos en nuestra segunda aventura, con las mismas ganas de mejorar la calidad de vida de la infancia y adolescencia y de sus familias en situación de vulnerabilidad. Con la humanización de la sanidad por bandera, en esta ocasión nos concentramos en cuidar al cuidador y en septiembre arrancamos con el reto de El Sillón Azul.

Siempre de vuestra mano y con vuestra solidaridad como llave para abrir todas las puertas de los desafíos que nos propongamos, en unos meses ¡hemos logrado recaudar el 50% de la financiación que requiere El Sillón Azul! Medio camino ya está realizado y 2020 también se nos presenta como un año mágico en el que sustituiremos por sillones cama todas las butacas rígidas de las áreas infantiles de los hospitales andaluces. ¡Por fin los padres descansarán física y mentalmente para sonreír y atender a sus hijos!

Gracias por acompañarnos en este viaje y os esperamos a nuestro lado durante este prometedor año que va a comenzar.

¡Feliz Año Nuevo y Próspero 2020!