Gracias a la puesta en marcha del proyecto de La Azotea Azul estamos conociendo a verdaderos héroes y titanes que nos demuestran el gran valor de la gente normal. Esa con la que te cruzas a diario y que no llaman tu atención pero que, en realidad, son grandísimos seres humanos. Y Enrique Venegas es un ejemplo.
Sin pedir nada a cambio, Enrique decidió recorrer el Camino de Santiago este verano a favor de La Azotea Azul. Quizás porque él mismo vivió la sensación de ser un niño hospitalizado durante un largo período de tiempo a causa de problemas renales y tiroideos. O quizás, al igual que muchas otras personas, porque su solidaridad y amor a los más pequeños es enorme y le merece la pena el esfuerzo. En cualquier caso, el resultado es que gracias a esta iniciativa nos ayudó a difundir por España nuestro reto de hacer un jardín a los niños del Hospital Infantil Virgen del Rocío y este fin de semana (19-20 de octubre) se embarca en otra aventura: concluir la segunda edición de La Desértica.
La Desértica es una carrera organizada por la legión en la provincia de Almería que puede realizarse tanto a pie como en bicicleta de montaña. Nuestro titán recorrerá 100 km en su MTB y busca el apoyo de todo el mundo para lograr sumar fondos a los 50 euros que él tiene previsto aportar para la construcción de La Azotea Azul. Si quieres sumarte a Enrique, sólo tienes que hacer una transferencia a la cuenta ES91 0182 2391 3102 0165 4160 indicando en el concepto ‘Pedalea por La Azotea’ (#pedaleaporlaazotea), que es el hashtag que usa este campeón para difundir sus iniciativas en las redes sociales.
La fuerza que demuestran los participantes de esta carrera extrema es similar a la que poseen los niños del hospital y entre todos vamos a ayudarles a que puedan sentir el aire libre en su rostro como harán los corredores y ciclistas de La Desértica. Enrique Venegas subirá montañas y pedaleará sobre rocas y barro con el fin de demostrar que no hay límite para quien tiene claro su objetivo. Únete a él y haz tu aportación a La Azotea Azul. No importa la cantidad porque, como dice nuestro titán particular: Todo suma, nada resta
