¡El tesoro de la Fundación!

Desde el momento que vimos la respuesta de cientos de personas que se ofrecieron para ayudarnos a construir La Azotea Azul, comprendimos que la única manera de gestionar el voluntariado bien era a través de un equipo coordinador para que las cosas se hicieran con fluidez, rapidez, compromiso y responsabilidad.

Este grupo maravilloso surgió de forma natural, de la propia iniciativa de cada una de ellas, acercándose al proyecto, cada una con su forma de ser, con las manos abiertas, diciendo “cuenta conmigo”, y lo más bonito de todo y que sigue siendo así, SIEMPRE con una sonrisa.

Así, desde el inicio, todas estas coordinadoras trabajan a tiempo perdido para que los grupos estén atendidos. Todas y cada una de ellas, siempre con la mejor disposición y humor, son las que dan fuerza a este voluntariado, las que no fallan al decir “sí”, entregadas con las iniciativas, con los grupos de voluntarios y con la cantidad inmensa de pulseras que van repartiendo para recaudar los donativos de la gente de la calle.

Sin ellas no marcharía así de bien los grupos, sin ellas no hubiéramos llegado a tanta gente, sin ellas… la Fundación no es nada! Asi que desde aquí queremos darles las gracias a todas, gracias de corazón, tenerlas cerca es un placer y una tranquilidad.

Gracias, Cira Hernández; gracias, María Muñoz; gracias, Sandra Baturone; gracias, Cuca Yañez; gracias, Lupe F. Morente; gracias, Maca F. Maza; gracias, Piluca Távora; gracias, Lourdes Escribano; gracias, María Montoro; gracias, Emilia F. Maza; gracias, Marta F. Maza y gracias, Amanda Álvarez.

¡¡GRACIAS A ELLAS SOMOS EL EQUIPO DE LA AZOTEA AZUL!!