Los obreros, los primeros inquilinos de La Azotea Azul

A los meses de recogida de fondos se han sumado otros de labores administrativas necesarias para poner definitivamente en marcha las obras de La Azotea Azul pero, por fin, el día ha llegado.

Ha llegado en forma de ascensor para mercancías, pues esto es lo primero que se ha instalado en el Hospital Infantil Virgen del Rocío para hacer posible el desplazamiento de los innumerables materiales que irán subiendo hasta la superficie infrautilizada de su primera planta que, en breve, estará repleta de niños. Repleta de padres y abuelos, de hermano y primos, de amigos y vecinos que vienen a acompañar a los pequeños ingresados. 

Repleta de risas, de saltos, de bailes y de juegos al aire libre como cualquier parque, cualquier zona lúdica para niños.Y ese día llegará gracias a la iniciativa ciudadana, a la empatía de los profesionales de un hospital en sintonía con sus pacientes y a la convicción de una dirección que cree que nada es un imposible si el objetivo es lograr el bien común. 

Arranca La Azotea Azul gracias a vosotros. A las miles y miles de persona que habéis lucido en vuestra muñeca, orgullosos, nuestra pulsera. Y no es para menos. Todos debéis sentiros orgullosos de haber hecho posible este proyecto que verá la luz, nunca mejor dicho, en unos pocos meses.

Cada persona, cada euro, cada minutos dedicado a La Azotea Azul equivale a una sonrisa de un niño que, desgraciadamente, tiene más complicado ser feliz por encontrarse ingresado en un hospital. ¿Y quién pone valor a esa sonrisa? A ese ratito en el que los pequeños olvidarán sus dolencias para recordar únicamente su condición de niños, dejando a un lado las circunstancias que les mantienen en el hospital.

Los obreros que estos días suben a La Azotea Azul son sus primeros inquilinos pero no serán, ni mucho menos, los últimos. Este espacio tendrá las puertas abiertas para todo aquel que quiera ver el cielo azul de Sevilla y su radiante sol, tan diferente de los tubos fluorescentes de las habitaciones de hospital.

Niños, el recreo está en marcha. Id calentando motores, que ya mismo empieza la diversión en las alturas.